Comenzando de nuevo…

Por aquello que encontré en tus ojos,

por aquello que perdí en la lucha,

conocer la otra mitad es poco,

Comprender que solo estar, es más puro…

No sé en qué momento entraste en mi vida y en mi corazón pero debo de aceptar que fue impredecible, yo solo recuerdo estar ahí parada sintiendo como tus manos me rodeaban percibiendo esas chispas brutales que no sabes de donde provienen, esa sensación mágica de tener a alguien más cerca que nunca, di la vuelta y rodee tu cuello con mis brazos y en un dos por tres estábamos uniendo nuestras manos y nos transformamos en uno, no puedo olvidar esa mirada tuya después de haber estado juntos por primera vez, ¿Cuántas veces me pediste que no me fuera? tal vez 10 veces, un poco más quizá, tus ojos brillaban de una forma espectacular y eso provocó miedo en mí, tal vez salí huyendo porque no sabía explicarme de una forma decente que había pasado, la sensación de llegar a casa flotando fue maravillosa.

Y sin darme cuenta había encontrado a alguien que me daba todo lo que yo necesitaba sin necesidad de pedirlo, eres alguien que me da paz, esa que necesito desesperadamente, me diste esperanza de poder compartir mi mundo con alguien de nuevo, me regalaste noches donde solo estábamos tu y yo en una terraza rodeada de lucecitas con buena música y un delicioso trago hecho por ti,  reíamos y conversábamos acerca de lo que aspiramos para nuestro futuro, contigo me dieron ganas de permitirme sentir todo, de quererte bonito, de besar y oler tu piel perfecta, de verte dormir y acariciar tu cara, me pregunto una y otra vez ¿Cómo hemos llegado hasta este punto?, y concluí que estamos aquí  por qué tenemos que aprender el uno del otro, me sorprende lo empático que eres, y amo esa mirada que haces cuando me hablas con seriedad.

Aunque sé que posiblemente no serás la persona con la que compartiré el resto de mi vida y no construiremos juntos esa casa en medio del bosque, quiero decir ¡Gracias! por enseñarme que mi felicidad no depende de nadie más que de mí, por siempre decirme lo maravillosa que soy, por cuidarme y estar siempre para mí, por no juzgar mis arranques de locura, por abrazarme fuerte cuando lo necesito y es así, como después de todo el caos llegué a ti y ahora no existe nada más, solo tú y yo. 

«Después de todo el caos encontré un lugar seguro en el universo, tus brazos.»